Comunidades compasivas
En nuestra entrada de mayo queremos reflexionar sobre las comunidades o ciudades compasivas. Nos ha parecido importante recalar en este asunto a la vista de la publicación en el diario digital El Español con el titular: “El desgarrador duelo de una chimpancé del Bioparc: abraza el cadáver de su bebé desde hace meses”
La muerte se produjo en febrero y los asistentes al Bioparc de Valencia que lo visitaron a primeros de mayo se encontraron con la terrible escena de una hembra de chimpancé que les mostraba cómo protegía en su regazo a su cría fallecida meses atrás. La explicación de los cuidadores fue que todo el grupo de simios estaba en duelo, protegía a la madre y la ayudaba a hacer su duelo. Y éste no debería interrumpirse hasta que ella se desprendiera del cuerpo, en clara alusión a que los duelos son universales, pero los tiempos de quien los sufre, son únicos. Este hecho nos lleva a reflexionar sobre el duelo en las personas, el tiempo personal e íntimo de cada uno, las redes de soporte social y la cohesión de grupo que tenemos en la actualidad.
Si hablar sobre la muerte todavía es un tabú, también reconocemos los avances que se están produciendo en cuanto a la apertura de miras al respecto con nuevos movimientos sociales que quieren romper la soledad ante el sufrimiento. Cuando sufrimos una muerte o se produce en nuestro entorno más cercano, ésta nos afecta a todos y que nuestro duelo sea lo más natural posible dependerá de la fortaleza de los vínculos que tengamos.
El duelo cumple una función adaptativa para que la persona tenga su tiempo, y asuma la realidad de su pérdida. En todo este proceso es muy importante la acción de todos los allegados, que también viven su duelo, pero que no siempre coincide con el del doliente (ya sé que no te gusta, pero quiero que no se confunda y no puedo repetir “persona”). Familiares y amigos íntimos tendrán que acompañar respetando los tiempos, como lo hacen en la noticia con la que abríamos este blog. No nos cansamos de decir lo inapropiado que puede ser que a una persona que está en duelo le digan: “pero, si ya ha pasado un año… quizá tendrías que estar ya mejor…”
De esto tratan las Comunidades Compasivas, de humanizar la sociedad en todo lo que conlleva vivir: felicidad y tristeza; salud y enfermedad; el nacimiento y la muerte; éxito y fracaso; alegría y despedidas. De crear entornos compasivos para vivir acompañados la muerte o la anticipación de la misma como en las enfermedades que requieren cuidados paliativos, para eliminar la soledad y el aislamiento de colectivos vulnerables como las personas mayores…
En la base está la palabra compasión, que tiene que ver con el significado de la RAE y en el que se entremezclan conceptos que diferenciamos: “Sentimiento de pena, de ternura y de identificación ante los males de alguien. Condolencia, conmiseración, lástima, ternura, piedad, misericordia, caridad, clemencia, solidaridad, humanidad”. En las comunidades compasivas la compasión tiene que ver con interesarnos por el problema del otro, con atención plena, tratarle con respeto y dignidad ante sus demandas y lo que necesite; es estar presente ante el sufrimiento del otro, acogerlo desde el amor y acompañarlo. Para tener compasión es necesario escuchar, mirar y empatizar, que es la capacidad de ponernos en el lugar del otro y sentir con él. Y a partir de ésta, la compasión nos lleva a la acción de ayuda al otro y estar presente con él, sostener.
Así, la compasión tiene tres vertientes:
la que dirigimos a otros: los ayudamos en su miedo, acompañamos en su despedida…
la que recibimos de otros: cuando es nuestra amiga la que nos ofrece tomar un café para hablar de nuestra tristeza o dolor.
la que proyectamos hacia nosotros: la que nos permitimos sentir con nuestro dolor.
Dentro de la SECPAL (Sociedad Española de Cuidados Paliativos) se ha creado el Grupo de Comunidades Compasivas cuyo objetivo es: Favorecer la relación, comunicación y encuentro entre profesionales de la SECPAL para promover la compasión en la ciudadanía y en los profesionales de la salud con el fin de implicar a la sociedad en el acompañamiento y en el cuidado de las personas al final de la vida (https://www.secpal.org/grupo-comunidades-compasivas-secpal/)
Desde Vida y pérdida abogamos por generar una sociedad compasiva que se acerque con honestidad a la necesidad del otro, ya sea en duelo o en cualquier necesidad de la vida con empatía y compasión para generar la acción que ayude al que lo necesite: Solidaridad, sí, pero sabiendo lo que el otro necesita y quiere recibir. Ternura, sí, pero ofreciendo apoyo a lo que el otro pida. Vulnerabilidad, sí, pero con el sentimiento de ayuda que lleva a la acción y no a la paralización.