La importancia de los Cuidados Paliativos

En octubre se conmemora el mes de los Cuidados Paliativos y aprovechamos nuestro blog para dar visibilidad a esta atención en el final de la vida, para que pueda ser de apoyo a todo aquel que lo necesite y como agradecimiento a todos los que lo hacen posible con su dedicación.

El término cuidado paliativo deriva del latín haciendo referencia al manto que se utilizaba para cubrir a los enfermos cuando no podían curarse.  Estos cuidados surgen cuando los tratamientos médicos ya no son efectivos para curar una enfermedad grave y el proceso de la misma avanza. Entonces se ponen en marcha aquellas medidas destinadas a tratar al paciente en ese proceso con el objetivo de conseguir la mejor calidad de vida ante las circunstancias que le rodean. Como define la OMS, los cuidados paliativos trabajan en la prevención y el alivio del sufrimiento a través de la detección temprana y correcta evaluación, el tratamiento del dolor y otros problemas que pueden ser físicos, psicológicos o espirituales. Así, los cuidados paliativos ofrecen una atención bio-psico-social y espiritual en este momento vital acompañando a la persona hasta el final de su vida. 

Una Unidad de Cuidados Paliativos tiene como objetivo aliviar el sufrimiento del paciente y está formada por un equipo multidisciplinar de profesionales encargado de realizar esta función, bien en el domicilio o en un centro hospitalario.  Lo forman un/a médico/a, un/a enfermero/a y un equipo de atención psicosocial. El foco de atención principal es el enfermo y, desde él también se ofrece apoyo a la familia y/o a los cuidadores más próximos.  El trabajo se coordina entre la Unidad de Cuidados Paliativos y el Centro de Atención Primaria, así como con aquellos equipos que han estado acompañando a la persona durante la enfermedad, por ejemplo el servicio de oncología o neurología.

Las Unidades de Cuidados Paliativos están a disposición de las personas en la sanidad pública, aunque debido a la alta demanda que se ha producido en los últimos años, la administración no llega a cubrir todas las necesidades. Por eso el servicio público está reforzado por convenios con diferentes entidades colaboradoras, como la Asociación Española contra el Cáncer (AECC) cubriendo varias zonas con la atención completa o los servicios de Atención Psicosocial creados por la Fundación La Caixa, que ofrecen el servicio del área social y emocional que la gestión pública no cubre. También existen instituciones privadas que ofrecen el mismo servicio, como el Programa de Atención Domiciliaria y Equipos de Soporte (PADES) y otros centros de hospitalización privada como Laguna o la Clínica SEAR.

Todas las personas que trabajan allí ponen al paciente en el centro de su quehacer diario y desde que éste entra a formar parte de la Unidad se le ofrece una atención personalizada adaptada a sus necesidades y a las de su familia.

Cuidar en el final de la vida, favorece que la persona y su familia caminen juntos hasta el último momento y lo hagan acompañados de profesionales que hacen que sentimientos de angustia, miedo, incertidumbre, etc, se transformen en sentimientos de gratitud, seguridad y paz, ofreciendo un espacio de cierre del ciclo vital. Se cuidan los síntomas físicos, especialmente las medidas de dolor, se planifican las intervenciones en los últimos anhelos del paciente, para que viva su vida hasta el final en consonancia con sus valores y deseos.

Esta vivencia también es un gran apoyo posterior para las familias que, tras perder a una persona querida, empiezan su proceso de duelo. Los cuidados paliativos proporcionan espacios de diálogo que ayudan tras la pérdida, ya que la idea de la muerte comienza mucho antes de su llegada. A este duelo lo llamamos duelo anticipado, y da un tiempo para decir y hacer todo aquello que necesitamos hacia la persona que muere, con palabras o presencia, en definitiva, despedirnos: dando gracias, pidiendo perdón o cerrando aquellas tareas pendientes en nuestra relación.

Algunos recursos que pueden ser de ayuda en estos momentos: